

Hellraiser, aunque cueste creerlo para los que vimos la peli original el día de su estreno, se ha convertido una franquicia de lo más saludable: ya cuenta con ocho películas, decenas de historietas y miles de muñequitos. La razón de su éxito es, quizá, que en el año 87, Hellraiser supuso un reencuentro con un cine de terror más o menos "serio" devastado entonces por la presencia de Jason, Freddy, Leatherface y demás simpáticos personajes. El escritor del cuento corto The Hellbound Heart, Clive Barker (que aún no había salido del armario, pero ya era famoso como novelista apadrinado por Stephen King) decidió debutar como director de cine adaptando su propia obra. Vistió a sus criaturas, los cenobitas, de inquisidores sadomasoquistas y, con un presupuesto ridículo, consiguió llegar al corazón y a las tripas de miles de seguidores.


Creo que fue poco después de que se lanzara directamente en vídeo Hellraiser VI: Hellseeker (2002), un editor y amigo me encargó cuatro ilustraciones para utilizarlas como portadas de una selección de historietas inspiradas en los personajes de la saga. Por aquel entonces, esos personajes ya me parecían piezas de museo de lo más risible. Y así los dibujé: como objetos museables. Pinhead se convirtió en una escultura de corte clásico y, además, decidió emular a Marilyn en una foto de su célebre calendario. Una cenobita forma parte de una colección de mariposas, y una niña que salía en alguna de las películas (no quiero recordar cuál) posa entre un muñeco de Shin Chan y un osito con publicidad en su camiseta.