En esta época de festivales de cine fantástico, me ha dado por recordar la película más brillante y genial que vi en Sitges el año pasado: se llama
Taxidermia y está dirigida por un húngaro locuelo llamado György Pálfi. Más que una película es una experiencia tan desmedida y barroca como las tres historias (al menos) que esta producción Franco-Húngara nos cuenta. Y, sobre todo, es diferente a cualquier otra cosa.
Pálfi y su esposa Ruttkay adaptan al cine, de la forma más feroz y apasionada posible, los textos del escritor Parti Nagy Lajos, que cuentan las historias que conforman Taxidermia: A través de las tres generaciones de una excéntrica familia, se pasa lista a todo tipo de emociones, virtudes y pecados humanos y, de paso, se examina el pasado y el presente de Hungría... que es el de toda la vieja Europa. Tres historias, tres edades, tres hombres. Abuelo, padre e hijo:

El oficial del ejército que busca desesperadamente el sexo (es el fundador de la familia).
El deportista (su deporte es comer) obsesionado con el éxito.
El hijo es el taxidermista que busca la inmortalidad.
Y ahí van tres videos llenos de razones para ver esta película. Igual no te cambia la vida, pero puedo asegurar que no te aburrirás.